A continuación presento un fragmento de “Al frente del cambio” de John P. Kotter. La primera vez que me encontré con este texto, hace unos años, me pareció de «ciencia ficción». Ahora me alegra releerlo y saber que hay organizaciones que están convencidas y progresando en este camino.
Las organizaciones de éxito en el siglo XXI tendrán que parecerse cada vez más a incubadoras de liderazgo. Y, a su vez, desarrollar ese liderazgo exigirá estructuras más planas y horizontales y culturas menos controladoras y más amantes del riesgo. Es necesario animar a la gente para que intente liderar, aunque al principio lo haga sólo a pequeña escala, para con ello ayudar tanto a la organización a adaptarse a las circunstancias cambiantes, como a fomentar el crecimiento personal individual. De esta manera, con horas y horas de prueba y error, formación y aliento, acabarán alcanzando todo su potencial.
A corto plazo, la vida suele ser más agradable sin fracasos y sin opiniones negativas, y sin embargo, los que aprenden toda la vida tienden a superar la tendencia natural de evitar o abandonar las cosas que pueden producir dolor a corto plazo.
Costumbres mentales que apoyan el aprendizaje durante toda la vida:
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Correr riesgos: voluntad para obligarse a salir de las zonas de comodidad
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Autoconocimiento: valoración sincera de los éxitos y los fracasos
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Pedir opinión: recopilar información e ideas de los demás, en grandes cantidades
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Escuchar con atención: propensión a escuchar a los demás
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Abertura a nuevas ideas: voluntad para ver la vida con mentalidad abierta