Toco la tierra, es áspera y suave a la vez. Mi cuerpo toca la tierra, mi cuerpo envuelto en tierra, mis ojos cerrados. Muevo lentamente mi cuerpo y las migas de tierra se mueven a su vez, está oscuro, se siente la respiración de la tierra, la respiración del centro de la tierra.
Mi cuerpo está en calma, pero mi corazón empieza a repiquetear rápidamente, mi aliento se acelera, mi cuerpo comienza a moverse rápidamente, es la sensación de ahogo, de querer salir de allí. Estoy llena de sensaciones hacia adentro y hacia afuera.
Intento calmarme, y encontrar un espacio de respiración. Centrarme corporalmente.
Me encuentro con algo creciendo interiormente que me come, me provoca, es aquello que no puedo controlar y que me quiere dominar.
Es esa sensación de crecimiento que no puedo impedir, quiero repelerlo pero no me deja. Crece el bicho y no puedo evitar lo que está sucediendo, es un conocerme, creer que nos crece, que se alimenta y me transforma.
Solemos encontrarnos con aquello que no queremos en los momentos más increíbles de la vida y es hora de realizar aquello que pregono constantemente, es el momento del encuentro con todas esas fases de mi.
Hoy está la prueba, es más fácil decidir no hacerlo y seguir con el enojo, ese bicho se alimenta de mí.
Puedo tomar la decisión de hacerlo o no.
Comments 1
La decisión ya está tomada en vos: decidiste crecer y ya no podés evadirte de seguir creciendo!! jeje… va con mi aliento y cariño de amiga.