El término emoción viene del latín “emotĭo”, que significa “movimiento o impulso”, y la palabra motivación deriva del latin “motivus”, que significa “causa del movimiento”.
Entonces, nuestra capacidad de motivación y de realizar acciones valiosas está relacionado a cuánto logramos:
– Reconocer que nuestros pensamientos crean las emociones (“el estímulo no es la causa de mis emociones”)
– Discriminar entre pensamientos tóxicos y pensamientos creativos
– Registrar nuestras emociones y leer sus mensajes
– Controlarnos antes de realizar una acción automática
– Indentificar qué necesidades (propias y de otros) estamos buscando satisfacer
– Utilizar la energía de la emoción y el sentimiento en acciones valiosas (ej. el enojo no usarlo para agredir, sino para ordenar la realidad de una forma nueva, más provechosa para todos los involucrados)
Herramientas vinculadas
– CNV
– Registro interno
– Mapa de necesidades
– Escalera interna