Equipos: A quiénes sumar? Qué traba? Qué facilita?

Ingrid Astiz Comunicación creativa, Creatividad e innovación, Cultura organizacional, Desarrollo de equipos, Liderazgo, Manejo del tiempo, Motivación, Productividad, Resolución de conflictos, Teoría Leave a Comment

Quiénes forman un equipo?

  • Un buen equipo está compuesto por personas que aportan valor (contactos, ideas, recursos, tiempo para realizar tareas) y que la suma de sus competencias (conocimientos y habilidades) cubren lo necesario para cumplir con los objetivos. Si una persona no aporta valor, no forma parte del equipo.
  • Es necesario que haya liderazgo rotativo -por temas, habilidades, momentos-para facilitar procesos, motivar al equipo, aclarar situaciones, resolver conflictos, incentivar la mejora continua. Si no hay nadie que sea un motor de progreso constante, el equipo queda atascado/apagado con facilidad.  Si hay alguien que gobierna y centraliza decisiones, o hay personas que no tienen ni voz ni voto, no es un equipo. (Más claro en Guía para diferenciar Jefe / Líder)

Quiénes no pueden formar equipo?

  • Egos rígidos: personalidad egocéntrica que se apega a su propia forma de ver las cosas y resolver las tareas; busca constantemente llamar la atención sobre su persona; persigue reconocimientos individuales; pretende que el mundo gire a su alrededor; quiere ser el héroe y destacarse por encima de los demás. 
  • Víboras: agranda los problemas, critica a espaldas, alimenta los conflictos y divide, distorsiona la realidad, acosa a los más débiles. No me refiero a alguien con alguna mala actitud, sino a personas que están llenas de dolor y resentimiento, que no les gusta que a los demás les vaya bien, que manipulan para conseguir lo que quieren, que están prisioneras de historias dramáticas.
Qué actitudes dificultan el trabajo en equipo? 
  •  Agresividad –ironía, desprecio, hostilidad, indiferencia-.
  •  Resistencia al trabajo en equipo, la mejora continua, el progreso.
  •  Negación de debilidades, dificultades, actitudes, aspiraciones.
  •  Desacuerdo constante, la oposición a la lógica y al beneficio de la mayoría.
  •  Desconexión -no estar presente física ni psicológicamente-.
  •  Inmadurez emocional (ej, guardar rencores, explotar en crisis, anti-empatía).
  •  Desmotivación crónica, desgano, apatía, falta de entusiasmo.
Qué lo facilita? 
  • La conexión íntima con la visión
  • Aplicar los valores humanos en el día a día
  • La coherencia entre el pensamiento, la palabra y la acción
  • La responsabilidad hacia el cumplimiento de objetivos 
  • El aprendizaje compartido
  • La sinergia: los saltos cualitativos que se dan juntos

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