Respetar significa relacionarse con el otro considerándolo en su diferencia, es decir, apreciando que es un ser humano con sus propia visión del mundo, sus deseos, necesidades, objetivos, dificultades, intereses, sentimientos, historias, límites.
Faltar el respeto significa:
– Tomar en cuenta sólo una parte del otro y cosificarlo: ver sólo lo que me conviene para satisfacer mis deseos o lo que hace peligrar mi estado de comodidad.
– Manipular, presionar, exigir o forzar a otros a que realicen determinada acción (por más que se argumente que «es para su bien»).
– Imponer a otro una visión del mundo, una interpretación, una historia.
– Despreciar los valores del otro, los motivos por los cuales hace lo que hace, las elecciones cotidianas, la escala de prioridades, los métodos para resolver las situaciones, las estrategias para dirigir su vida.
– Accionar por el otro, rescatarlo.
Cuando hay amor y respeto, sucede la armonía en la diversidad.