
– Es reconocer nuestra vulnerabilidad y ver al miedo como un aliado, que nos recuerda ser precavidos y nos alienta a estar bien preparados ante los desafíos.
– Es conocer nuestro valor: saber con cuántos recursos contamos, cuán fiel somos a lo que realmente anhelamos y cuán firmes son nuestros valores.
– Es dejarnos guiar por el amor a nuestra misión y a aquellos a quienes queremos beneficiar con nuestras acciones.
En el ámbito laboral, es indispensable entrenar el coraje para:
– «Ser el cambio que queremos ver en el mundo»
– Crear e innovar
– Abrirnos a la colaboración