Recién este año estoy cayendo en algo que para algunos será muy fácil de comprender, y a mí me ha llevado bastante tiempo. Motivada para impulsar cambios, pasé años predicado a favor de los líderes y atacado a los «jefes». Este año que estoy queriendo hacer crecer Fuerza Tres, me doy cuenta que la Gestión es clave y tan importante como el trabajo de los líderes. También ayudando como consultora a líderes de cambio en organizaciones, me he sorprendido de su inmenso poder de transformación y los he visto sufrir si no logran el alineamiento con los gerentes para que ese cambio sea sostenible en el tiempo. Me emociona imaginarme una sociedad con más líderes y gerentes trabajando en equipo, valorándose y enriqueciéndose mutuamente.
A continuación presento un resumen de un capítulo de “Al frente del cambio” de John P. Kotter.
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Una transformación con éxito contiene entre un 70 y un 90% de liderazgo, y sólo entre un 10 y un 30% de gestión directiva.
Los empleados de empresas grandes y antiguas, con exceso de gestión y carencia de liderazgo, tienden a frenar la iniciativa y la innovación porque la arrogancia y la burocracia están instaladas en la cultura.
En un mundo de movimiento lento, el proceso de la información es secuencial y ordenado. Mientras el jefe sea capaz y disponga de tiempo, el proceso funcionará bien. En un mundo acelerado, esta actividad lineal y pesada se desmorona.
La falta de liderazgo puede resolverse contratando personal externo, o animando empleados internos que sepan liderar (ya sea que ostentan ese rol sin cumplirlo o que no lo hayan cumplido pero tengan la capacidad).
Los líderes carismáticos suelen ser malos directivos pero, aun así, consiguen convencernos de que es imprescindible seguirlos. Es fundamental que, si no es buen directivo, valore las habilidades directivas de los demás.
