Dependencia Financiera – ¿Cuál es la trampa?

Ingrid Astiz Dinero 5 Comments

“Si quieres salir de una prisión,
lo primero que debes comprender es que ¡estás en una prisión!
Si piensas que eres libre, no podrás escapar.”
Gurdjieff

Pasamos siglos de sometimiento del trabajador, de la mujer y de los hijos ante “los poderosos”. Creo que es por eso que para algunas personas establecer y mantener vínculos de dependencia financiera les parece natural, apropiado, justo, o la única alternativa viable, y por lo tanto «así están bien». En cambio hay otras personas que ya no quieren la lucha de la polaridad sometido/poderoso. Personas que quieren colaboran unos con otros desde la paridad, desde ser adultos con libertad para elegir momento a momento. Para ellos es importante tenerse paciencia, y avanzar con confianza de que valemos por nosotros mismos, sin necesidad de someter ni depender.

Este juego tiene, para mí, origen en una concepción del mundo como lugar de escasés, donde es muy difícil conseguir recursos (con hambrunas, pestes, guerras, sequías, inundaciones). Entonces en ese contexto tienen sentido las creencias «no hay suficiente», «tener más es mejor», «hay que competir y luchar para tener», «hay que acumular». Allí solo algunos pocos (lo más fuertes, inteligentes y/o privilegiados) podrían acceder a los recursos, y los demás logran sobrevivir en la medida que estén bajo el cuidado (las reglas y ordenes) de esos pocos poderosos.

En cambio, ahora estamos en un mundo con un desarrollo tecnológico que permite generar y distribuir los recursos para satisfacer las necesidades básicas de todas las personas en el planeta. Entonces hay personas que están dando lugar a nuevas creencias tales como «hay suficiente», «lo que necesitamos llega en el momento oportuno», «es posible colaborar, compartir y disfrutar de lo que hay».
Es la primera vez en la historia que esto ocurre, entonces serán necesario invertir tiempo e inteligencia en dos líneas de transformación:

  • Desde lo colectivo: construir nuevos sistemas económicos y de organización social que se acomoden a esta nueva oportunidad. Un planeta con todas las personas con sus necesidades básicas cubiertas es mucho más sencillo para todos, y tendrá nuevos desafíos (al dejar de competir por los recursos, habrá más tiempo para generar nuevas realidades, expandir las fronteras de lo humanamente posible).
  • Desde lo individual: para los «poderosos» comprender que no es necesario buscar la seguridad en el control y la acumulación de dinero; para los «dependientes» que pueden avanzar dignamente en su propio camino, con libertad. Conectarse con la vivencia de que la abundancia no tiene que ver con cuánto dinero tengo, sino con cómo me relaciono con los recursos que me rodean, con la experiencia de «hay suficiente, tenemos suficiente, somos suficiente».

Notas:
– Me ayudó en la reflexión el libro «The soul of money», de Lynne Twist
– Guía de contenidos sobre el dinero: aquí 

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